POR CUATRO ESQUINITAS DE NADA
Cuadrito juego con sus amigos.
¡Ring! Es hora de entrar en la casa grande.
¡Pero Cuadradito no puede entrar! No es redondo como la puerta.
Le gustaría mucho entrar en la casa grande. Entonces se alarga, se tuerce, se pone cabeza abajo, se dobla.
- ¡Sé redondo!- le dicen los Redonditos.
Cuadradito lo intenta con todas sus fuerzas.
- ¡Te lo tienes que creer! – dicen los Redonditos.
-Soy redondo, soy redondo, soy redondo...
-repite Cuadradito.
¡Pero no hay nada que hacer!
- ¡Pues te tendremos que cortar las esquinas!
-dicen los Redonditos.
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